DE LA ENVIDIA, LA PERVERSIÓN DE INTENCIONES Y OTROS LOGROS DE LA NATURALEZA HUMANA
En
muchas ocasiones, más de las que quisiera,
recuerdo esta frase de mi madre (mamá te adoro): el pecado capital de la
envidia, ella como practicante del catolicismo se los sabe todos, no debería
ser pecado, pues el que realmente sufre es el pecador, es decir, el envidioso.
El envidiado, en muchos casos, o no sabe que lo es, o cuando lo sabe no se lo
explica.
Cuando
mi hermana Mercedes y yo (me identifico
soy MARIA JOSE), decidimos hacer este blog, fue en parte porque nos avergonzaba
y no entraba en nuestra cabeza ese leer “regálame
tu libro y te lo reseño” o “me gustaría reseñar tu libro” para a renglón
seguido pedirlo por la cara. De ahí que desde un principio anunciamos que
nosotros pagamos nuestros libros, de hecho los compramos todos, aunque ya los
hayamos leído por haber sido cero, que en algunas ocasiones lo somos, pocas, pero
exquisitas, eso sí. Creo que la mejor
forma de apostar y apoyar algo es rascándose el bolsillo. Está claro que si un
libro vende más, hay más probabilidades de que se publiquen más. Esto parece
ser que tiene su parte “mala” y no a todos gusta, pero chicos, así es la vida,
nunca llueve a gusto de todos, no podemos gustar a todos, que es lo que tiene
la vida, variedad. Cada uno es cada uno y cada cual es cada cual.
De
igual manera os diré que tampoco recomendamos para entrar en sorteos o
similares, tipo entre los que nos reseñen sorteamos 50 euros, una batería de cocina
o una suscripción a plataformas varias. Es decir, lo que se recomienda, o no,
que no todo lo que se lee se recomienda, sale de nuestro bolsillo. No entramos
en ese juego de dame y te pongo por las nubes. En primer lugar porque somos
lectoras de las que se gastaban en su momento una pasta en papel (gracias San Ebook)
y en segundo lugar porque seremos muchas cosas, pero hipócritas no. Por otro
lado, puesta a venderse una (encima por una afición) no me valen 3,95 euros de
un ebook.
De
nuestro bolsillo (exiguo por otra parte) sale también nuestro premio, ese Gallo
tan mono de Portugal, Gallo que damos de
común acuerdo mi hermana y yo y que sí es togado, que no “tongado”. Pues también
esto levanta suspicacias. Es decir, un Gallo de a euro que nos gastamos de nuestro bolsillo para
agradecer los libros que nos divierten, nos llenan, nos llegan, nos hacen
temblar o carcajearnos, el Gallo de dos lectoras de una pequeña ciudad de
España, es motivo de chanza o disputa. Un premio que no lleva dotación
económica (jajajaja, me río por no llorar), que no supone un incremento de
ventas bestial (vamos que no somos Babelia), que es solo nuestra forma especial
de agradecer a alguien que se haya molestado en escribir con amor, se da con
tongo, se nos hace la pelota y tal para ello, porque vamos, es la antesala del
Nobel, del Cervantes o el Príncipe de Asturias. Solo diré que piensa el ladrón
que todos son de su condición.
Mi
padre, que era un hombre muy sabio, siempre decía que la independencia tiene un
precio, pero que el precio que se paga por no ser independiente es mucho mayor:
el no dormir por las noches.
Seguiremos,
aunque pese algunos, con nuestro blog, con nuestra página y con nuestras
lecturas conjuntas que siempre salen de nuestro bolsillo; seguiremos
recomendando lo que nos gusta y tenga calidad y no recomendando o haciendo recomendaciones
especiales de aquello que no tiene calidad o que, teniéndola, nos parezca A
NOSOTRAS un despropósito; seguiremos dando Gallos por aquellos libros que nos
llenan y os aseguro que no hace falta hacernos la pelota, untarnos con
mantequilla o regalarnos un viaje; basta
ver los dados hasta ahora y observar cual es la relación que nos une con los
autores: algunos son conocidos, otros ni eso y otros son amigos, sí, pero el
tema es que la amistad no viene de un libro: como siempre digo las personas no
son sus profesiones.
Como
veréis no somos tan importantes (aunque algunos deben pensar lo contrario) como
para descalificarnos o pretender ofendernos, digo pretender, porque no, no lo
consiguen. De hecho, este post no va destinado a los que se dedican a insultar,
sino a los que nos leen y pueden apreciarnos en algo.
Y,
por último, esta es nuestra casa, abierta a todos, creo que eso es un hecho.
Tanto aquí, como en Facebook en los perfiles personales y en la página, son
todos bienvenidos. Jamás hemos pedido nada a cambio y siempre que se puede se
ayuda. Pero es nuestra casa y eso quiere decir que los muebles los ordenamos
nosotras. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
No
creo que vuelva a hacer un post sobre este tema, porque la vida me ha enseñado
a que hay que disfrutar de lo que se tiene y afortunadamente tenemos familia,
amigos de verdad, no de los de me encantan tus libros o que lista eres, vida
que vivir, gente a la que querer y que nos quiere, aficiones que nos dan muchas
satisfacciones y un larguísimo etcétera…Y si lo he hecho, conste que no es para
defender nada, es a modo de reflexión, pensando siempre en qué mundo tan
limitado se vive a veces cuando, sin querer serlo, eres objeto de atención
malsana; en lo curioso del comportamiento humano, que no deja de sorprenderme a
pesar de mi profesión.
Gracias
a los que hayáis leído hasta el final y sí, nos vamos a pescar nuevas lecturas.
MARÍA JOSÉ Y MARÍA MERCEDES LÓPEZ ORDIALES